El cordero es una carne versátil y nutritiva que se adapta perfectamente a diversas dietas especiales, como la keto, paleo y sin gluten. En la dieta cetogénica, que se caracteriza por ser baja en carbohidratos y alta en grasas, el cordero es una excelente opción debido a su alto contenido de proteínas y grasas saludables. Cortes como las chuletas y la pierna de cordero pueden ser preparados a la parrilla o al horno, proporcionando una fuente rica de energía sin comprometer los objetivos de la dieta. Además, el cordero es una carne rica en nutrientes esenciales como el hierro, zinc y vitamina B12, que son cruciales para mantener una buena salud en cualquier régimen alimenticio.
Para aquellos que siguen la dieta paleo, que se enfoca en alimentos no procesados y naturales, el cordero es una opción ideal. Esta dieta busca imitar la alimentación de nuestros ancestros cazadores-recolectores, y el cordero, siendo una carne magra y natural, encaja perfectamente. Se puede preparar en guisos, estofados o simplemente asado con hierbas frescas y especias, manteniendo así la esencia de la dieta paleo. Además, el cordero es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, lo que ayuda a mantener la masa muscular y a proporcionar energía sostenida a lo largo del día.
Para las personas con intolerancia al gluten o que siguen una dieta sin gluten, el cordero es una opción segura y deliciosa. Al ser una carne naturalmente libre de gluten, se puede disfrutar sin preocupaciones de contaminación cruzada. Preparaciones simples como el cordero al horno con vegetales o un estofado de cordero con hierbas frescas son opciones nutritivas y sabrosas. Además, el cordero puede ser combinado con una variedad de ingredientes sin gluten, como quinoa, arroz integral y vegetales frescos, para crear comidas balanceadas y satisfactorias. Incorporar cordero en estas dietas no solo diversifica el menú, sino que también asegura una ingesta adecuada de nutrientes esenciales.
